El próximo 14 de agosto se cumplen 59 años del fallecimiento de
Bertolt Brecht (1898-1956). Por ahora ―ya lo haremos en su momento― no vamos a
discutir el hecho de que su praxis y su poética teatral ―en estas casi seis
décadas desde su muerte― devinieron en referentes (olvidados) del teatro occidental.
Tantas cosas importantes se han olvidado desde los años ’90 para acá, que esto
no llama la atención. En ese sentido, poco nos importa que se le considere un “clásico”(1) y que se lime el carácter político de sus textos dramáticos. Tampoco nos preocupa ―siguiendo
sus propias palabras― si aquellos provocan o no “intimidación”. Brecht fue un teatrero revolucionario que luchó contra el capital y eso es lo importante. Que otros digan si luchó “un día... un año... muchos años”(2), incluso que los más papistas se atrevan a decir que es/fue “bueno... mejor... imprescindible...”. Por nuestra parte decimos ―polemizando con un poema suyo― que la peor manera de recordarlo es “con indulgencia”(3).
Los Editores
Revista El Zahorí
Agosto de 2015
Notas
(1) v. BRECHT, Bertolt. "Intimidación por los clásicos", en revista Primer Acto, núm. 91, Madrid (España).
Nota de los Editores.- A partir de ahora, todas las palabras que aparecen entre comillas fueron escritas por el propio Brecht.
(2) v. el poema "Hay hombres que luchan un día y son buenos...".
(3) v. el poema "A la posteridad", en BRECHT, Bertolt. Escritos políticos, 1970, Caracas: Editorial Tiempo Nuevo, p. 246.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Leeremos tu comentario y si vale la pena lo publicaremos.